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Una salsa espesa y brillante de arándanos cubre este pastel de queso mascarpone con infusión de naranja. ¡Asegúrese de comenzar temprano, ya que los sabores y texturas necesitan 24 horas para casarse!
Precaliente el horno a 350 grados F. Rocíe un molde desmontable de 9 pulgadas con aceite en aerosol. Coloque la sartén sobre una capa triple de papel de aluminio lo suficientemente grande como para envolver la sartén para que las capas lleguen hasta el exterior de la sartén.
En un tazón mediano, revuelva para combinar las migas de galleta, el azúcar, la stevia y la mantequilla. Presione la mezcla en el fondo y 1 pulgada hacia arriba de los lados de la sartén. Hornee hasta que cuaje, unos 15 minutos. Dejar enfriar por completo.
Baje la temperatura del horno a 325 grados F.
En un tazón grande o una batidora de pie con la paleta, bata el queso crema, el mascarpone, el azúcar, la stevia, los huevos, la vainilla y la ralladura de naranja hasta que se mezclen y queden suaves. Raspe en la sartén.
Coloque la fuente en una asadera grande con lados altos. Vierta suficiente agua hirviendo para llegar a la mitad de los lados de la sartén. Hornee hasta que la tarta de queso se asiente alrededor del borde pero aún se mueva en el centro, aproximadamente 1 hora y 10 minutos.
Retire el pastel de queso del baño de agua, retire el papel aluminio y deje que se enfríe completamente a temperatura ambiente. Refrigere por al menos 24 y hasta 48 horas.
En una cacerola mediana, combine el jugo de naranja, el azúcar y la stevia. Llevar a hervir; agregue los arándanos y cocine a fuego lento, revolviendo ocasionalmente, hasta que esté espeso y brillante, de 10 a 15 minutos. Transfiera a una fuente ancha y poco profunda y refrigere hasta que se enfríe por completo.
Antes de servir, unte la salsa de arándanos sobre la tarta de queso.