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Esta es una receta muy sencilla de pechuga de pollo excelente para cualquier ocasión. Va bien con arroz blanco o pasta. Sirva con una sonrisa, ¡eso es un pedido!
Sazone el pollo con sal y pimienta al gusto. En un plato poco profundo, unte el queso parmesano. Divida el pollo en tres partes y sumerja el pollo sazonado en los huevos, luego cubra bien con queso parmesano. Repita hasta que todas las piezas de pollo estén bien cubiertas (si le faltan huevos y queso parmesano, agregue un huevo más y más queso parmesano según sea necesario).
En una sartén, derrita la mantequilla o la margarina a fuego medio alto. Cocine el pollo, revolviendo con frecuencia, hasta que esté dorado.
Reduzca el fuego y agregue el vino. Tape y cocine a fuego lento durante 20 minutos.