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Estas pequeñas bolas de nieve me recuerdan al invierno.
Precaliente el horno a 350 grados F (175 grados C). Engrasar y enharinar un molde de 9x13 pulgadas. Tamizar juntos la harina, el polvo para hornear y la sal. Dejar de lado.
En un tazón grande, mezcle la mantequilla y 1 1/2 tazas de azúcar hasta que esté suave y esponjosa. Batir la mezcla de harina alternando con la leche, mezclando solo hasta que se incorpore. Agregue la 1/2 cucharadita de extractos de vainilla y limón.
En un tazón grande de vidrio o metal, bata 5 claras de huevo hasta que se formen picos rígidos. Dobla 1/3 de las claras en la masa, luego dobla rápidamente las claras restantes hasta que no queden rayas.
Vierta la mezcla en el molde preparado. Hornee en el horno precalentado durante 45 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro del pastel, éste salga limpio. Dejar enfriar en el molde durante 10 minutos, luego desmoldar sobre una rejilla y dejar enfriar por completo.
Para hacer el glaseado blanco esponjoso: combine 1 1/2 tazas de azúcar, 2 claras de huevo, jarabe de maíz y crémor tártaro en la parte superior de una caldera doble. Agregue agua fría y bata a baja velocidad con una batidora eléctrica hasta que se mezclen. Coloque sobre agua hirviendo y bata constantemente a velocidad alta durante unos 3 minutos o hasta que se formen picos suaves. Retire del fuego y coloque sobre agua fría. Agrega la vainilla y bate otros 3 minutos o hasta que el glaseado esté lo suficientemente espeso para untar.
Para hacer las bolas de nieve: corte el pastel en cuadrados de 2 pulgadas. Recorte las esquinas de cada cuadrado, dejando bordes redondeados. Unte la parte superior y los lados con glaseado. Espolvorea coco generosamente sobre el glaseado.