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Un hermoso pastel para el amante de la fresa. Fácil de hacer con gelatina envasada y mezcla para pastel blanco. Las fresas frescas se pueden usar cuando están en temporada.
Precaliente el horno a 325 grados F (165 grados C). Engrasa y enharina tres moldes para pastel redondos de 9 pulgadas.
En un tazón grande, disuelva la gelatina en agua fría; agregue la mezcla para pastel, los huevos, el aceite vegetal, la harina y la mitad de las fresas. Batir durante 5 minutos a velocidad media de una batidora eléctrica. Divida la masa de manera uniforme entre los moldes para pasteles preparados.
Hornee durante 30 a 35 minutos en el horno precalentado, o hasta que las capas salten hacia atrás cuando se presionen ligeramente en el centro. Enfríe los pasteles en los moldes sobre rejillas de alambre.
Para hacer el glaseado: Bate la mantequilla, el azúcar y la mitad restante de las fresas en un tazón mediano hasta que estén suaves y esponjosas, y agrega azúcar glas adicional si es necesario para obtener una consistencia untable. Extienda el glaseado entre las capas y sobre la parte superior y los lados del pastel.