Siguiente Receta
Un amigo trajo pesto a una comida compartida el verano pasado y me encantó. Modifiqué un poco su receta usando ajo asado en lugar de ajo crudo, lo que lo hace más suave. También agregué ácido cítrico para conservarlo mejor y ayudar al pesto a mantener su color, pero eso es opcional. ¡No creo que nadie en mi familia quiera volver a comer pesto normal pronto! Esto mantiene el pesto en el refrigerador hasta por 5 días.
1/2 taza de almendras crudas sin sal
2 tazas de edamame fresco o congelado sin cáscara, descongelado si está congelado
4 tazas de hojas de albahaca fresca bien compactas
1 taza de hojas de menta fresca
3 dientes de ajo asado, o más al gusto
2 cucharaditas de ralladura de limón fresco finamente rallado
1/2 taza de aceite de oliva extra virgen
1 taza de queso parmesano recién rallado
1 cucharadita de sal o más al gusto
1/4 de cucharadita de ácido cítrico en polvo
1 cucharada de aceite de oliva extra virgen
Paso 1:
Coloque las almendras en una sartén pequeña sin engrasar. Tostar a fuego medio-bajo, agitando con frecuencia hasta que esté uniformemente dorado y fragante, de 3 a 5 minutos. Retirar del fuego y dejar enfriar.
Paso 2:
Coloque las almendras en el procesador de alimentos y píquelas en trozos grandes. Retirar y reservar.
Paso 3:
Coloque los frijoles edamame en el procesador de alimentos y córtelos hasta obtener una pasta. Agregue albahaca, menta, ajo y ralladura de limón; procese hasta que quede suave mientras agrega lentamente 1/2 taza de aceite de oliva. Agrega el queso parmesano, la sal y las almendras; pulso para combinar. Agregue el ácido cítrico.
Paso 4:
Transfiera el pesto a un frasco con tapa hermética. Vierta una capa de aceite de oliva por encima y cubra con la tapa. Refrigera hasta servir.
Por porción:
301 calorías; proteína 15,7 g 31% DV; carbohidratos 11,6 g 4% DV; grasa 21,7 g 33% DV; colesterol 5,9 mg 2% DV; sodio 297,2 mg 12% DV. Nutrición completa