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Hermosas, dulces, remolachas dos veces asadas y queso de cabra horneado con nueces crujientes y verduras ligeramente amargas es mi idea de un almuerzo de otoño fácil, saludable y hermoso. O cena, o desayuno, o brunch. Servir con pan de nueces tostadas.
Precaliente el horno a 275 grados F (135 grados C).
Extienda las nueces en una bandeja para hornear y tueste en el horno precalentado hasta que las nueces se doren y se vuelvan fragantes, aproximadamente 45 minutos. Vigila las nueces con cuidado porque se queman rápidamente. Deje las nueces a un lado para que se enfríen a temperatura ambiente.
Encienda el horno a 375 grados F (190 grados C). Arruga un trozo de papel de aluminio y colócalo en un plato apto para horno (como un molde para pastel) para que actúe como rejilla desechable. Coloque la remolacha en papel de aluminio.
Hornee en el horno precalentado hasta que la remolacha comience a estar tierna, aproximadamente 45 minutos. Envuelva la remolacha en papel de aluminio y deje enfriar a temperatura ambiente.
Suba la temperatura del horno a 400 grados F (205 grados C).
Pele la remolacha con un cuchillo de cocina afilado; pelar la piel de la remolacha. Cortar la remolacha por la mitad y cortar las mitades en rodajas gruesas en forma de media luna.
Rocíe aceite de nuez en una fuente para hornear y cepille el aceite sobre el fondo de la fuente; coloque las rodajas de remolacha en el plato en una sola capa. Desmenuce el queso de cabra en los espacios vacíos y sobre las remolachas. Espolvorea con sal kosher y pimienta negra.
Hornee la remolacha y el queso hasta que los trozos de remolacha estén chisporroteando y los bordes del queso estén ligeramente dorados, aproximadamente 15 minutos. Enfriar un poco, unos 10 minutos.
Rocíe la remolacha caliente y el queso con vinagre y cubra con nueces tostadas, hojas de remolacha y cebollino. Servir tibio.