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Esta salsa no es para los débiles. ¡He tratado de encontrar la mejor salsa que pueda, y creo que lo hice!
Ponga a hervir una cacerola grande llena 2/3 de su capacidad con agua. Blanquear los tomates. Escurra y enjuague con agua fría. Pelar y picar.
Coloque los tomates en una cacerola grande con suficiente agua para cubrir. Llevar a ebullición y reducir el fuego a fuego lento.
En una cacerola grande separada, hierva aproximadamente 2 cuartos de galón de agua ligeramente salada. Coloque los pimientos verdes, los chiles jalapeños, los chiles habaneros, los chiles verdes, la cebolla y el ajo en el agua hirviendo. Cocine hasta que estén tiernos, unos 15 minutos.
Escurra las verduras y revuélvalas en una cacerola con los tomates. Mezcle el azúcar blanca, la pimienta negra molida y el cilantro fresco picado. Cocine a fuego lento de 15 a 20 minutos, revolviendo ocasionalmente. Agregue más agua si es necesario para lograr la consistencia deseada.
Transfiera la salsa terminada a recipientes estériles y guárdela en el refrigerador hasta el momento de servir.