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¡Rebanadas de polenta preparadas están cubiertas con una mezcla de salchichas italianas, pimientos coloridos y queso feta desmenuzado para una cena ganadora todo en uno!
Caliente una sartén a fuego medio. Agregue la salchicha y desmenuce con una cuchara de madera. Cocine hasta que la salchicha esté bien dorada, revolviendo ocasionalmente, aproximadamente 5 minutos. Vierta el vino blanco y revuelva, raspando los pedacitos dorados del fondo de la sartén. Retire la mezcla de salchichas de la sartén, colóquela en un tazón y reserve.
Agregue aceite de oliva, todos los pimientos y la cebolla a la sartén. Sazone con una pizca de sal. Cocine a fuego medio, revolviendo ocasionalmente, hasta que se ablande y caramelice, aproximadamente 10 minutos.
Precaliente el horno a 350 grados F (175 grados C). Engrase un molde para pastel redondo de 9 pulgadas con aceite de oliva. Coloque las rebanadas de polenta sobre el fondo, superponiéndolas ligeramente.
Revuelva la pasta de tomate en la mezcla de pimientos en la sartén y cocine brevemente. Regrese la mezcla de salchichas a la sartén y revuelva bien. Agregue agua hasta que la mezcla esté picante pero no demasiado delgada; puede usar menos de 1/4 taza. Agregue perejil picado y sazone al gusto con sal y pimienta. Cocine a fuego lento brevemente hasta que espese. Retírelo del calor.
Vierta la mezcla de salchichas y pimientos sobre la polenta en el molde para pastel y distribuya uniformemente. Espolvorea queso feta y queso de cabra encima.
Hornee en el horno precalentado hasta que el queso se derrita y se dore ligeramente, de 20 a 25 minutos.